De pequeño a gran negocio

De pequeño a gran negocio

Emprender es una decisión que trae grande retos para quien tome la decisión, requiere en gran parte una alta dosis de perseverancia y esfuerzo para cumplir el objetivo, algunas empresas colombianas empezaron como usted, y hoy en día son grandes empresas, aquí le compartimos algunas historias que lo inspirarán.

  • Productos Ramo. Esta empresa de productos muy tradicionales en el país, como el Chocorramo, el Ponqué Gala o los Maizitos, nació de la necesidad de su fundador, Rafael Molano, de tener un ingreso adicional a su sueldo como trabajador en Bavaria a través de las ventas de ponqués en los pasillos de la compañía donde era empleado. En la actualidad esta marca es una de las más importantes productoras de comestibles en el país.
  • Arturo Calle. Esta empresa de confecciones que lleva el nombre de su fundador es conocida por su elegancia y es un referente de moda para hombres y muchos colombianos lucen sus paños día a día. Arturo Calle empezó en un pequeño local de 8 metros cuadrados en el popular sector de San Victorino en Bogotá en el año 1965. Hoy en día la marca está en la mayoría de ciudades del país y tiene centros de producción en Medellín, Cali y Bogotá. Incluso el ex presidente Juan Manuel Santos dijo abiertamente que solo viste trajes de esta marca.
  • Servientrega. Esta empresa de envíos y encomiendas en Colombia, comenzó con los ahorros del trabajo como empleados de los esposos Luz Mary y Jesús Guerrero, que fundaron el negocio en 1982. El monto ahorrado sumaba $17.500 pesos y fue el capital inicial de la empresa que se dedicaba a enviar sobres y paquetes a algunas ciudades del país. 36 años después, Servientrega es una de las empresas líderes en el sector de envíos en Colombia y ha expandido sus servicios a varios países del mundo.
  • Kokoriko.  Este famoso restaurante de pollos, nació en el año de 1969 en la calle 63 de Bogotá, bajo el nombre Las Colonias y se expandió a otras ciudades hasta volverse la gran cadena de restaurantes que es hoy, con locales en todo el país y en Estados Unidos. Además, la marca ha incursionado en otros negocios transformándose en un grupo comercial con inversiones en más de 25 empresas.

Los ejemplos anteriores demuestran que convertir su pequeño negocio en una gran empresa no es un sueño imposible. En gran medida depende del trabajo y disciplina que le ponga para hacerlo realidad. Por lo que no debe desistir si esa es su meta. La historia demuestra que es posible lograrlo.