En tiempos donde todo parece subir —desde los alimentos hasta los servicios públicos—, muchos comerciantes en Colombia se preguntan cómo pueden seguir firmes sin trabajar a pérdida. La respuesta está en lograr combinar estrategias de comunicación y eficiencia en el manejo del negocio.
Aquí le contamos ideas sencillas, prácticas y realistas para que los negocios puedan prepararse ante cambios como el aumento de precios sin perder competitividad ni calidad en su atención.
- Revisar precios con estrategia: no todo debe subir igual
Aunque los costos aumentan, no se trata de subir todo de manera automática. Algunos productos clave, como el pan, el huevo o las gaseosas, funcionan como “ganchos”: si se encarecen demasiado, puede afectar notablemente las ventas del negocio.
“Yo subí algunos productos gradualmente, pero mantuve el precio de otros que la gente viene a buscar. Así no pierdo el flujo de clientes”, explica Diana Ramírez, propietaria de la tienda Las Sombrillas, ubicada en el barrio Bosa, en Bogotá.
Una buena práctica es analizar los productos con más rotación y buscar mantener su precio, mientras se ajustan otros con menor impacto.
- Comprar mejor: compare precios y únase con otros
Buscar proveedores más económicos, aprovechar descuentos por volumen o hacer compras conjuntas con otras tiendas del barrio puede marcar la diferencia.
“Nos organizamos cuatro tiendas para comprar al por mayor papel higiénico y arroz. Nos sale más barato y dividimos el flete”, cuenta Diana.
Otra opción es acudir a centrales de abastos, donde se consiguen mejores precios, aunque implique programarse mejor para abastecerse.
- Reduzca pérdidas: controle mejor su inventario
Un buen control de inventario evita que productos se venzan, se dañen o desaparezcan sin explicación. Existen cuadernos específicos para esto, pero también aplicaciones gratuitas como TiendaCerca o ControlGastos que ayudan a registrar entradas y salidas.
“Antes se me perdían productos por caducidad. Ahora reviso fechas cada semana y anoto todo lo que entra. Eso me ha ahorrado bastante”, afirma Diana
- Agregue valor: más que vender es ofrecer servicios
Cuando no se puede competir en precio, se puede competir en atención. Escuchar al cliente, ofrecer domicilios o separar productos para la quincena son formas de fidelizar sin rebajar precios. Pequeños gestos crean grandes lazos, especialmente en tiempos difíciles.
- Buscar apoyo: programas de capacitación o financiación
Existen programas de cámaras de comercio, alcaldías y cajas de compensación que ofrecen cursos gratuitos o ayudas para pequeños negocios. También hay microcréditos con tasas más bajas que pueden ayudar a reorganizar el inventario sin caer en préstamos informales.
Según Luis Fernando Acosta, asesor de la Cámara de Comercio de Bogotá, “los tenderos son clave en la economía popular. Estamos promoviendo capacitaciones en compras inteligentes, finanzas básicas y uso de herramientas digitales para que puedan adaptarse mejor al entorno económico actual”.
- Aproveche lo digital para comunicar y vender más
No es necesario tener una tienda virtual, pero sí puede usar WhatsApp para avisar sobre promociones, hacer domicilios o recordar a los clientes que ya llegó el arroz que estaban esperando.
“Mis clientes me escriben por WhatsApp y yo les mando lista de precios o les aviso cuándo llega mercancía. Así vendo más sin tener que esperar a que vengan”, comenta Diana.
Resistir es adaptarse
Las tiendas de barrio son fundamentales en la vida de muchas comunidades, y aunque la inflación las afecta, también tienen ventajas: cercanía, confianza y flexibilidad. Aplicar estas estrategias puede ayudar a sobrellevar las alzas, mantener a los clientes y fortalecer el negocio. Y en tiempos difíciles, los negocios que mejor se adaptan son los que sobreviven.
